es ridículo. ni si quiera sería capaz de decirte nada con sentido, aunque no sé si en realidad es de eso de lo que huímos; en su día.
tenía el lobo otro lobo con el que entenderse, y no estoy segura de ser yo la que se ha vuelto humana
pero verás, tardas mucho en darte cuenta de que el mundo vuelve a girar tan deprisa y no puedes hacer nada contra la velocidad del universo, y lo sabes, y no lo soportas. Pero es así, resulta absurdo estar convencidos de la potencia de nuestros deseos. sobre todo cuando ni siquiera aciertas.
y menos ahora,
en otra primera noche más intentando decidir quién soy.
sábado, 15 de mayo de 2010
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